Normalización y problemática del alcohol en adultos
Descripción del Evento
“Una copita al día es saludable”, “una vez al año no hace daño”, “por beber de vez en cuando no pasa nada”… algunas de estas expresiones son muy habituales en el vocabulario de nuestra entorno cuando nos referimos al consumo de alcohol, ya que se ha convertido en un acto normalizado y muy arraigado en nuestra sociedad, y más cuando se habla de celebraciones o actos sociales, considerando “bicho raro” a la persona que no bebe ni una copa de cerveza.
Si se quiere entender el lugar que ocupa el alcohol en la sociedad española, así como su impacto, antes se debe comprender cómo está integrado en nuestra cultura, y como ha pasado de esta a nosotros.
Esta normalización tiene diferentes causas, pero la que provoca una mayor influencia es la publicidad y los medios. Hay numerosos anuncios de bebidas alcohólicas promocionadas por famosos, se pueden ver carteles enormes y marquesinas con la cara de famosos cocineros, en redes sociales, películas y series, todo ello anunciando diferentes bebidas alcohólicas. Esta normalización y cotidianidad que se puede observar en los medios, está ligada claramente al éxito, la fama y el dinero, por lo que hace del consumo de alcohol algo apetecible y a lo que aspirar para ser “alguien”.
Esta deseabilidad social provocada sobre el alcohol, se ve muy clara en contraposición al mensaje que se transmite del tabaco, ya que está muy arraigado en la sociedad española los perjuicios que provoca en la salud. A esto se le ha sumado las diferentes medidas aprobadas por el gobierno como la prohibición de fumar en determinados lugares públicos, el aumento del precio del tabaco o la limitación de su disponibilidad. Sin embargo, con el alcohol ocurre lo contrario, es una sustancia más silenciosa, no deja rastro y su consumo se asocia con efectos negativos para la salud.
A esta visión ligada al éxito proporcionada por los medios publicitarios hay que sumarle los diversos estudios que han hablado sobre los beneficios de determinadas bebidas alcohólicas para la salud. En un primer lugar se destaca “la paradoja francesa”, que venía a decir que una copa de vino al día es saludable para el corazón, esta afirmación parte de un estudio de finales del siglo XIX el cual analizaba el consumo de alcohol y el riesgo cardiovascular en diferentes países. Aunque el estudio se uso como justificación para el consumo de alcohol, este carecía de evidencias científicas, cambiando así la percepción que la población tiene acerca del consumo de alcohol.
Este estudio no fue el único que intento poner de manifiesto las bondades del consumo de alcohol con la salud, ya que durante los años 2016 y 2017 se observaron varios artículos en medios de comunicación que atribuían al alcohol múltiples propiedades, desde la copa de vino que equivalía a una hora de gimnasio, hasta las virtudes de la cerveza en relación a la menopausia.
En Andalucía, se ha normalizado la presencia y el consumo de alcohol, con un 90,2% que lo ha consumido alguna vez, según los Indicadores de consumo de alcohol en Andalucía. Datos obtenidos de la encuesta “La población andaluza ante las drogas 2015 y 2017”, sin embargo, el porcentaje de personas que han bebido en los últimos 30 días es del 54,6% en 2017, por lo que se desprende que dos de cada cuatro personas no han consumido nada de alcohol en el último mes. Datos esperanzadores, ya que no toda la población convierte el consumo de alcohol en un comportamiento cotidiano.
Todos estos factores anteriormente comentados en relación a la normalización, han provocado producido daños innumerables, arrastrando a un consumo nocivo y sin crítica social al respecto.
Como hemos comentado en la sesión anterior, los riesgos del alcohol son muchos, contando entre sus consecuencias: aumento de probabilidades de padecer un cáncer, enfermedades gastrointestinales, metabólicas y endocrinas (cirrosis, diabetes, sobrepeso, malnutrición, enfermedades cardiovasculares, neuropsiquiátricas, o infecciosas. Por otro lado, también genera más violencia, accidentes y suicidios, ya que no solo afecta a quien lo consume, sino también a terceros, a víctimas inocentes como ocurre en los accidentes de tráfico.
En conclusión, estos riesgos, no entienden de consumos ocasionales o moderados, ya que no existe una cantidad de alcohol a partir de la cual su consumo no sea perjudicial para la salud.