Actualmente son muchos y conocidos los prejuicios y estereotipos negativos hacia la comunidad gitana. Estos prejuicios forman parte del imaginario social y son compartidos por muchas personas independientemente de su origen, clase social o edad. Es clara la percepción distorsionada que sobre sus miembros muestran las personas de la sociedad paya mayoritaria. Además, esa distorsión se aplica a la persona gitana de forma individual, personalizándola, dando lugar a múltiples situaciones de discriminación y negando de antemano el respeto, encasillando a la persona en una imagen grupal incuestionable.
Por esta “imagen social” preconcebida nos cerramos en ocasiones a conocer a personas de diferentes culturas, en este caso, a la comunidad gitana. La cual puede enriquecer y de hecho ya enriquece nuestra propia cultura así como a la propia persona.
Este enriquecimiento sería posible dejando a atrás los prejuicios y conociendo a la persona antes de juzgarla como hacemos con el resto de la sociedad.
Campaña enmarcado dentro del programa para el fomento de la cultura y valores etnográficos del pueblo gitano “Incluir para crecer 1.0” subvencionado por la Consejería de Integración Social, Juventud, Familias e Igualdad.